Supongamos ahora que la zona de la cuenca hipotética que recibe 5 unidades de altura de lluvia se halla en la cabecera (el extremo aguas arriba). Para cuando esa escorrentía alcance el punto de pronóstico en el desagüe de la cuenca, puede ser insignificante debido a la atenuación de la onda de crecida a medida que se desplaza aguas abajo. Sin embargo, es enteramente posible que se hayan producido inundaciones en el área de lluvias más intensas.
A la inversa, si suponemos que las 5 unidades de altura cayeron en una zona hacia el final de la cuenca, la respuesta en el punto de pronóstico en el desagüe de la cuenca puede ser considerable.