Una lluvia muy copiosa o intensa puede producir un gran volumen de escorrentía, porque el suelo no es capaz de absorber el agua con suficiente rapidez. En términos generales, cuanto mayor la intensidad de la precipitación, tanto más probable será que provoque un evento de escorrentía superficial importante. Además, una lluvia fuerte de larga duración puede aumentar enormemente la severidad de las inundaciones.
Aunque la saturación del suelo aumenta el peligro de escorrentía, a menudo las inundaciones repentinas ocurren cuando el suelo no está saturado. Es esencial recordar que en determinadas circunstancias las características de escorrentía pueden ser tan importantes como la intensidad de la lluvia.
Encontrará información adicional sobre la infiltración y otros temas relacionados con los suelos en la sección «Trayectorias de la escorrentía» de la lección Procesos de escorrentía: versión internacional.