Podemos identificar dos tipos de escorrentía superficial:
flujo superficial del exceso de infiltración (flujo hortoniano)
flujo superficial del exceso de saturación
El flujo superficial del exceso de infiltración se produce cuando el índice de pluviosidad excede la capacidad de infiltración y puede ocurrir incluso cuando el suelo está seco.
El flujo superficial del exceso de saturación se produce cuando el suelo está saturado y no queda espacio para que se infiltre más agua de lluvia o deshielo.
El interflujo es el flujo hacia el cauce fluvial que se produce debajo de la superficie y puede ser un componente importante de la escorrentía.
La retroalimentación por transmisividad ocurre cuando el interflujo activa una red de macroporos.
Los macroporos son espacios vacíos y conductos naturales del suelo formados por la actividad química y biológica que aumentan el interflujo.
El interflujo puede ser más intenso a lo largo de una superficie de contacto suelo-roca, especialmente si la roca madre está en pendiente.
Las capas de fragipán son áreas de roca o suelo de permeabilidad relativamente baja que pueden bloquear la percolación del agua y aumentar su movimiento en sentido horizontal.
Se producen crestas de agua subterránea cuando el agua de lluvia o deshielo superficial alcanza la capa freática más fácilmente en un área en particular, causando la formación de una cresta que puede aumentar el interflujo.
El agua existente antes del evento de precipitación es el agua que existe en el perfil del suelo cuando comienza la tormenta y es desplazada hacia el cauce fluvial por el agua que acaba de infiltrar en el suelo. Puede ser un factor muy importante que contribuye a la escorrentía como interflujo.