
La existencia de una superficie de contacto suelo-roca intensifica el interflujo. Suele haber contacto suelo-roca en zonas con topografía empinada, donde la capa del suelo es considerablemente más permeable que la roca sólida subyacente. El agua de lluvia o deshielo se infiltra en poco tiempo hasta la superficie de contacto con la roca y después se desplaza rápidamente cuesta abajo a lo largo de dicha superficie.
A veces existe una estructura llamada fragipán. Las capas de fragipán son de baja permeabilidad, como la roca o la arcilla, y pueden también contribuir a concentrar el flujo subsuperficial lateral. Las zonas de fragipán, que pueden existir en niveles relativamente poco profundos, juegan un rol importante en la intensificación del interflujo e incluso de la escorrentía superficial una vez que las capas de suelo arriba de ellas queden saturadas.