
El motivo principal por el cual estudiamos el proceso de escorrentía es la necesidad de estimar la cantidad de agua que alcanza rápidamente el cauce fluvial. La escorrentía es el elemento más importante de la predicción de crecidas y puede consistir de agua pluvial o del agua generada por el derretimiento de la nieve y del hielo. Las condiciones en la cuenca hidrológica determinan la proporción de lluvia o nieve que se transforma en escorrentía. Si sabemos qué cantidad de agua cabe esperar en forma de escorrentía, podemos utilizar otras herramientas, como el hidrograma unitario, para calcular el caudal correspondiente que se descargará en el cauce.