El perfil de temperatura de una capa de nieve es un aspecto muy importante a la hora de evaluar las características de fusión de la nieve. Los procesos físicos que se producen en el interior de la capa de nieve dependen en gran medida de la existencia de un gradiente de temperatura entre la superficie de la nieve y el fondo de la capa.
La existencia de un gradiente de temperatura en las capas de nieve es producto normal del grado de relativo calentamiento geotérmico producido por el contacto con el suelo en el fondo de la capa en comparación con las temperaturas frías del aire en la superficie de la nieve. La temperatura en la superficie de la nieve puede fluctuar a diario con los cambios en la radiación solar incidente. La parte central de la capa puede calentarse cuando el agua de deshielo o la lluvia que penetra la capa desde arriba vuelve a congelarse y libera calor latente.

El manto de nieve está en condiciones isotérmicas si no hay un gradiente de temperatura a través del mismo. Si la capa de nieve es isotérmica y la temperatura está cerca de cero grados, la nieve se considera saturada y puede derretirse en muy poco tiempo.