Transferencia turbulenta

Cuando el viento es calmo, la transferencia turbulenta en la superficie de la capa de nieve es mínima. Esto se debe a que el enfriamiento causado por la sublimación crea una capa fría estable inmediatamente arriba de la superficie de la nieve. En ausencia de viento, esa capa fría estable no se disipa, incluso si la temperatura del aire es considerablemente más alta que 0°C. Este efecto es más pronunciado en las zonas a la sombra.

Representación gráfica del intercambio de energía entre la nieve y la atmósfera cuando el viento es calmo.

Si la intensidad del viento aumenta, al pasar por encima de la capa de nieve se genera turbulencia, lo cual mezcla el aire que se ha enfriado por sublimación cerca de la superficie de la nieve con el aire más caliente a mayor altura y expone el manto de nieve a temperaturas más altas. Como ya mencionamos antes, cuando la presión de vapor atmosférico aumenta con la altura, este proceso se intensifica a medida que la capa de nieve adquiere humedad de forma preferencial.

Representación gráfica del intercambio de energía entre la nieve y la atmósfera en condiciones húmedas y ventosas.

La transferencia turbulenta de grandes cantidades de aire cálido y húmedo desde arriba es el proceso que domina la transferencia de energía en días nublados y en las áreas a la sombra. Para que se produzca una fusión intensa de la nieve se requieren vientos fuertes con temperaturas altas y puntos de rocío arriba de cero grados.