Los casquetes polares y los glaciares contienen un poco más del 2 por ciento del agua de la Tierra. La nieve acumulada en las montañas es una fuente importante de agua, especialmente en las regiones áridas y semiáridas. En ciertas zonas, la nieve representa una porción considerable de la precipitación anual.

Predecir la escorrentía producida por el deshielo es un proceso complejo que implica estimar los cambios en el equivalente en agua de la capa de nieve acumulada con el tiempo. Es también importante considerar los balances energéticos y las propiedades de la superficie del suelo.
