De forma análoga a la avenida de 25 años, que en promedio ocurre una vez cada 25 años, la tormenta de 25 años también ocurre en promedio una vez cada 25 años. Un concepto equivocado común es que una tormenta de 25 años siempre produce una avenida de 25 años.

Aunque este puede ser un buen cálculo aproximado inicial, las condiciones del suelo afectan enormemente la escorrentía que generan las distintas tormentas.
Por ejemplo, si el suelo está saturado, un aguacero de 25 años es capaz de generar escorrentía con tal eficiencia que puede producir un evento de escorrentía incluso mayor que una avenida de 25 años. De forma análoga, la existencia de condiciones secas podría mitigar el impacto de una tormenta importante y producir una crecida menor.
Otro concepto equivocado común es que una avenida de 100 años solo ocurre una vez cada 100 años o solo una vez en un intervalo de 100 años. La verdad es que la probabilidad (y la improbabilidad) de que se produzca una crecida de esta magnitud es igual todos los años, como incluso lo es la probabilidad de que ocurran varias en el mismo año.